Fuente: José Luis Rodríguez

La oficina física sigue siendo un lugar sexy pero no solo para trabajar

El último informe sobre empleo de Inesdi Business Techschool, llamado Employment Report 2023, demuestra claramente hasta qué punto quienes han conocido el #teletrabajo no están dispuestos a regresar ya a la oficina.

Según este estudio, basado en las respuestas de los alumnos de la escuela -principalmente expertos digitales y directivos, sobre todo del mundo tecnológico-, más del 70% de los profesionales que trabajan 100% en remoto solo consideran esa opción y apenas un 27% asumiría una modalidad híbrida.

Por su parte, las personas que actualmente combinan el trabajo a distancia y la asistencia al puesto físico son mayoritariamente partidarias de mantener ese equilibrio (80,3%) y solo una minoría (15,5%) exploraría la «desvirtualización» total de la empresa.

Ahora bien: ¿y qué ocurre con los que no han podido elegir y siguen completando su jornada laboral en la oficina física? Pues que en un porcentaje muy amplio (63,64 %) estos «trabajadores presenciales» querrían tener el modelo #híbrido de trabajo. Una cuarta parte, aproximadamente, seguiría como está (27,27%). Y menos del 10% de estos profesionales cree que podría realizar su trabajo bajo un sistema totalmente online.

La opción del «solo teletrabajo» no es la preferida

Dicho esto, ponderando el hecho de que en el sector tecnológico y en los puestos nativos digitales el trabajo en remoto -parcial o completo- es casi la opción de partida, parecen relevantes varios hechos:

  1. De entre todos los colectivos y modalidades analizadas, el sistema híbrido aparece sin duda como la solución preferida. Por cada 100 personas que apuesta por esta herramienta, independientemente de cuál sea la variante que tenga en la actualidad, hay 55 que quieren el «teletrabajo 100%» y apenas 10 que desean continuar en el «solo presencial».
  2. Ahora bien, un porcentaje nada desdeñable de empleados (un 27%) que exclusivamente tiene opción de trabajar en remoto querría pasar a un modelo mixto e ir al menos una vez a la semana a su empresa.
  3. Pero incluso entre aquellos que no tienen más posibilidades que ir puntualmente a su puesto físico este hecho no se vive de manera traumática. Y eso ocurre en otro porcentaje casi idéntico de profesionales (recordemos que un 27,7% de estos ha declarado que esa es su modalidad ideal).

¿Qué significa todo esto? En mi opinión, lo que podrían indicar los datos es que el contacto humano, el aprendizaje presencial, la experiencia en carne y hueso de la cultura de empresa -y sus valores- o el sentimiento de pertenencia -expresado materialmente- siguen siendo factores de #vinculación necesarios.

Y al mismo tiempo, que la mera posibilidad de trabajar desde casa al menos un día, pero sin recurrir al sistema únicamente online, es un elemento ganador dentro de cualquier propuesta de valor al empleado.

Ir a la oficina o a la fábrica es un rito que llevamos siglos practicando

En cierta forma, llevamos siglos relacionándonos presencialmente con nuestro trabajo. Ir a la oficina continúa constituyendo una especie de «viaje del héroe» que nos impele a superar retos. Entre ellos, por supuesto, la socialización, la gestión en persona de los conflictos pero también de los logros, el salir de la caja y hacer hueco a interacciones imprevistas y muchas veces afortunadas (desde que salimos por la puerta de casa).

Ir a la oficina es, todavía, un #ritual que nos une al tiempo presente, nos ofrece refugio laboral -es la expresión material y reconocible de que se tiene un empleo-, nos conecta con los demás y nos obliga, por así decirlo, a escapar de nuestro ensimismamiento digital –cuando no, a huir directamente de nuestra propia cotidianidad doméstica-.

Y todo eso, al mismo tiempo, impacta en el bienestar, en la salud psicosocial y en la productividad de los profesionales.

El espacio de trabajo como un lugar para el «no trabajo»

Ahora bien. La cuestión pertinente no es tanto determinar si se habilitan uno, dos, tres o ningún día de teletrabajo. Este punto lo dejo a la reflexión de cada empresa y de cada organización. También, de cada profesional (porque no hay soluciones únicas que encajen para todos).

La pregunta relevante es qué hacemos hoy en la oficina. O mejor dicho: qué tipo de espacio y para qué fines ha de servir a partir de ahora ese lugar al que siempre nos hemos referido con la expresión «ir al trabajo». Porque, seguramente, cada vez tenga menos que ver con eso, con trabajar. En puridad: con el trabajo ejecutivo, operativo y táctico.

La oficina -porque la fábrica es otro cantar- terminará convirtiéndose en un lugar exclusivo de relaciones. No uno donde se hacen cosas sino donde se comparten, se cuentan, se entremezclan… y se producen ideas. Y, ante todo, uno donde de manera genuina se facilita la conexión humana, el desarrollo personal y la puesta en practica de los valores y el propósito de la organización.

Nuestra misión, a partir de ahora, no es construir oficinas eficientes. Ni inteligentes. Es diseñar lugares donde la gente quiera estar y vivir en primera persona el ADN de la empresa. Espacios donde el relato de empresa se materialice y de sentido pleno a los valores de la marca. El sitio en el que tiene lugar la experiencia de empleado «top».

Ir a la oficina nos obliga, por así decirlo, a escapar de nuestro ensimismamiento digital. Eso sí: el concepto de oficina ha de evolucionar para convertirse en un lugar exclusivo de relaciones…

Comentarios

4 respuestas a «La oficina física sigue siendo un lugar sexy pero no solo para trabajar»

  1. […] Esta tendencia trata de dar respuesta al impacto todavía incierto en el ámbito laboral de fenómenos como el trabajo remoto, el comercio electrónico, la automatización y la Inteligencia Artificial (IA). A su vez, es un intento de canalizar los cambios que se están dando en la naturaleza misma del trabajo, especialmente tras la pandemia. Por ejemplo, la organización de las tareas por roles y no por puestos, el énfasis en las competencias “blandas”, el abandono de las jerarquías tradicionales y la conformación de entornos laborales más flexibles y diversos. […]

  2. […] físico. Es lo que podemos ver, tocar, saborear y oler. Incluye la decoración de las paredes, el diseño del espacio de oficina, la demografía de las personas con… y cualquier beneficio físico que podamos obtener, como comidas en una cafetería de moda, un […]

  3. […] físico. Es lo que podemos ver, tocar, saborear y oler. Incluye la decoración de las paredes, el diseño del espacio de oficina, la demografía de las personas con… y cualquier beneficio físico que podamos obtener, como comidas en una cafetería de moda, un […]

  4. […] cuanto a las prácticas cotidianas, se fomentan espacios de trabajo acogedores y colaborativos, reuniones inclusivas donde todas las voces son escuchadas, y una toma de decisiones […]

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José Luis Rodríguez

José Luis Rodríguez

Conferenciante, formador, facilitador de innovación y emprendimiento, orientador profesional y consultor de
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